En horas de la noche ese mismo día el Congreso Nacional aprobó un decreto de interpretación del artículo 274 de la Constitución para que las Fuerzas Armadas realicen labores policiales. Sencillamente una formalidad burocrática en el proceso de militarización: El puñetazo en el estómago antes de dispararnos en la cabeza. El estado entiende que hay que aprovechar la salida excesiva de pus de las entrañas de los cuerpos policiales para entregar el país a los militares quienes asumirán funciones de arrestos, allanamientos y ejecución de órdenes judiciales. Entre líneas se lee perseguir, intimidar, torturar y matar que es para lo que realmente están entrenados. Hacen apenas dos años, los policían eran los subalternos de los militares que ejecutaron el golpe de estado. Desde ese momento hasta ahora el presupuesto para seguridad y justicia en el país se ha duplicado. ¡Lxs muertxs también!
Si las fuerzas armadas han sido creadas para defender la integridad territorial y la soberanía de su país por medio del uso de la fuerza y las armas; ¿Contra quién es la guerra? ¿Contra el pueblo? ¿Los y las jóvenes? Podemos sospechar eso dado el incremento de los homocidios, femicidios y la impunidad que los cubre, sabiendo además que dos de cada tres de esxs muertos tenían entre 15 y 34 años.
La campaña armamentista de dominación actúa estratégicamente, entre asesoramiento común y procesos legales absurdos de "interpretación" de la ley. Las reacciones de los antichepistas en Centroamérica no se dejan esperar. Desde El Salvador nos dicen:
A la luz de todas estas noticias es difícil llevar a cabo una campaña esperanzadora y de celebración. ¿Qué hay que celebrar? El camino en contra de la militarización es una cuesta arriba donde se deben sortear obstáculos constantes sólo para mantenerse en pie, no digamos para avanzar. Mas sin embargo el espíritu de lxs jóvenes se mantiene firme, los ideales de transformación nos dan el combustible para seguir y la Cultura Antichepística se mueve a paso erguido, replantéandose y redefiniéndose ante las puertas ahora abiertas de par en par hacia las nuevas dificultades. La comparsa antichepística no será el fin de dos semanas de acción, será un punto de encuentro determinante para saber qué haremos después.
